viernes, 11 de julio de 2014
Huasteca potosina: cronica de una borrachera anunciada
Un
día cualquiera de un mes cualquiera, una estudiante agotada a finales de
semestre decide darse sus merecidas vacaciones con el propósito de descansar y
relajarse y entonces viendo un viaje en la huasteca potosina decide participar
en dicho viaje. Pasan los días y llega
el día del viaje. Para hacer las cosas simples y prácticas la gente se cita en
Cholula, a media hora de donde vive la estudiante y la mayoría de los
participantes al viaje. La estudiante después de prepararse al viaje, cosa que
no solo implica hacer su maleta sino también resolver imprevistos como su cargador
de celular que decide descomponerse justo un par de horas antes del viaje o el
baño que decide tener una fuga, antes del viaje, por fin puede alistarse y
salir hasta el lugar de reunión. Llegando al lugar de reunión a la hora
establecida y encontrando uno de los coordinadores del viaje, se pone a esperar
al lado de dos francesas sociable cuanto una pared. Por fin llega al camión y
llegan todos y se puede salir. La estudiante se siente bien y está contenta
porque cree que llegara de Puebla a la huasteca. Que ingenuidad. La chica
pronto descubre que en su ciudad no se ha juntado, la suficiente gente y por
esto hay que ir llenando el camión paso por paso, es decir en Puebla y en
Querétaro. Así, después de esta noticia,
la estudiante decide rendirse y disfrutar del viaje, lo que la pobre no sabe es
que en Querétaro la esperan unos trogloditas
tontos y su jefe. Se junta la gente, se va a comer algo y el viaje empieza, todo tranquilo, se duerme, se lee, se charla,
hasta el momento en el que un francés empieza a tener ataque de ganas de fumar, intentando
convencer el chofer a pararse por su cigarro sin mucho éxito, cosa que lo lleva
a prender dicho cigarro en el autobús.
Después de calmarse y encontrar placer en litros de alcohol el sujeto
decide contarle su vida al chofer, mientras la gente quiere dormir. Obviamente
la vida de dicha sujeto implica accidentes automovilísticos y muertes
juveniles. Obvio, ¿no? Por fin se logra dormir un par de horas hasta que el
chofer se atreve a pararse para ir al baño y tomar un café, cosa que suscita
las iras de los coordinadores. ¿Cómo se
atreve uno a tener necesidades fisiológicas después de manejar solo 10 horas?
Inaceptable. Mientras todo esto pasa, la
estudiante decide aprovechar para ir al baño y fumar un cigarro retando así la
masculinidad de los coordinadores que se ven obligados a ejercer su autoridad
diciéndole “a subir, arre”, cosas que provoca una alergia física a dichos
sujetos de forma inmediata. Por fin se
llega al primer lugar previsto por el
programa es decir las cascadas de “Puente de Dios”. El viaje puede empezar,
después de cambiarse. Todos se cambian, se hacen las excursiones y se toman
algunas fotos. Después se va desayunar.
Hasta aquí todo tranquilo. Finalmente se
va a ver el castillo surrealista de Edward James, todo en orden de nuevo, se
come, se ríe, se nada. Acaba el día, y
puede empezar la fiesta, y así sucede.
La fiesta empieza y se hacen amistades, se conoce gente linda y se
socializa, hasta que dos compañeros de cuarto, deciden tomar aguas locas que a
su parecer no saben a nada, después de algunas aguas locas, los dichos amigos
deciden, caerse en el pasto cerca de una alberca a los dos a la vez,
dificultando logísticamente a la pobre estudiante, que los intenta llevar a su
cuarto juntos y logra ayudada por un tercer amigo que la ayuda a acostarlos
juntos, bromeando sobre las consecuencias. Después los dos, el amigo y la
estudiante deciden regresar a la fiesta y hacen amistades con los
participantes. Entre un baile y otro,
el amigo de la estudiante, decide ir al baño La
estudiante entonces decide socializar y se fija en el chofer del otro camión
que le parece bonito. Entonces se va a charlar con los choferes, e intenta bailar con el más joven, provocando
al viejito. Después la estudiante se va
a bailar, bailando con todos y haciendo amistades. Después de que la fiesta casi se termina, la
estudiante se va a fumar un puro tailandés con las nuevas amistades hechas, que
casualmente tienen el cuarto al lado de los choferes, y obviamente viene
interrumpida por el chofer de su camión que le dice que el otro chofer le
quiere hablar. La chica le dice que no
puede y entonces el otro chofer decide salirse del cuarto en calzones y
pasearse ahí unos minutos y todo esto, mientras una pareja tenía sexo extremo.
Mientras tanto la chica y su nuevo amigo fumaban el puro. De repente el nuevo
amigo propone a la estudiante profundizar la amistad yendo a su cuarto, cosa
que la chica no acepta y se va a dormir a su cuarto. Pasa la noche y un nuevo
día empieza, los participantes se van a desayunar, esperando un desayuno
buffet. Pero con su sorpresa el desayuno consiste en huevos al gusto o tacos
surtidos. Termina el desayuno y se
decide irse de excursión. Se llega al lugar, donde nos entregan unos salvavidas
y unos cascos, llegamos a un rio y unas cascadas después de mil peripecias y
después de ser ayudada por cualquier ser
que tiene brazos u alguna protuberancia la estudiante logra bajar al
rio. Pero viendo las alturas de las
rocas de donde se tiene que tirar la estudiante decide quedarse a ver el
paisaje. Después de esto, el grupo y la estudiante ayudada por dos guías suben
y se meten a un canal donde se dejan llevar por
las corrientes de un rio, y después de llegar al final del rio, los
guías, tienen que sacar los participantes
con una cuerda. Después de salir del rio, el guía que saca la
estudiante la advierte que se baje por
las escaleras y la deja a su destino, mientras tanto la estudiante decide
esperarse y llegan los demás. Así irán a
comer. O al menos esto piensa
la pobre estudiante y el resto del grupo
hambriento. Pero no va a ser así, porque los guías de la huasteca deciden que
es mejor ir a ver unas cascadas. Obviamente como todas las distancias en la
huasteca, las cascadas están mega retiradas de la civilización y así el grupo
mojado se tiene que aguantar su hambre y
necesidades fisiológicas por 3 horas, literalmente. Se llega a las cascadas,
espectáculo impresionante, pero nos quedamos unos 20 minutos después de haber
viajado tres horas. Después de esto,
los guías quieren que veamos otras cascadas, casi provocando ser linchados por
los participantes del viaje que no comían desde hace unas 10 horas. Dadas las
circunstancias los guías deciden que es mejor llevar al grupo a comer y así
esperar otra parte del grupo que se había previamente ido de rafting. Nos
paramos en un pueblo pintoresco llamado “El naranjo” y ahí perdimos como horas
mientras la gente comía. Después de
terminar el todo, la estudiante decide irse al autobús y piensa que se van a
ir. Y resulta que hay gente perdida por ahí.
Por fin después de mil curvas, controles de la policía llegamos al
hotel. Y que la fiesta siga. En la fiesta que tarda en empezar, se hace lo
mismo, se habla, se ríe, se baila, se toma, y se socializa, y hablando de
socializar, la estudiante socializa con un chico lindo y se meten a nadar a la
alberca completamente vestidos. Después de todo esto, la estudiante decide irse
a dormir, dejando al chico irse a dormir también. Después de dos largas horas de sueño, todos
se levantan y se van a desayunar, listos
para irse. Obviamente gracias a la borrachera todos llegan tarde y se sale con
una hora y media de retraso. Todos
llegan se puede salir, se sale, todo
bien, pero hay que hacer la parada al Oxxo, como de costumbre. La “breve”
parada dura hora y media. Por fin, se sale de viaje. El camino sigue entre borrachos que protestan
para su muuuusicaaa, gente que quiere ver
películas, el chofer, que sube el aire acondicionado y lo baja a su antojo,
borrachos y más borrachos. Se llega a la laguna de “La media Luna.” Ahí la
estudiante y sus amigos deciden descansar sus oídos y alejarse del grupo.
Nadan, comen pie, nadan y se relajan. Se come, nos vamos. Sigue la fiesta,
todos se divierten y vuelven loco al chofer, que casi le da un ataque, vistas
las condiciones siempre peores de los “responsables” del grupo. Se despiden los guías de la huasteca. El
viaje sigue, hasta llegar a un Oxxo, de nuevo. Se come, se fuma, se habla, todo
tranquilo hasta que uno de los responsables decide orinar frente a la
policía. El único responsable, que lo es
de verdad casi se desmalla ahí. Finalmente, pagando mil pesos, es decir el
dinero del fondo de emergencia lo liberan y el viaje sigue tranquilo hasta
Querétaro. Se llega y se descarga la gente. Se puede seguir, cada vez más
agotados. Se llega al estado de México.
Se baja la gente. Y sigue el camino,
con pedradas incluidas y callejones cerrados. Por fin logramos salir del
Df, cuando un amigo de la estudiante improvisa un show de marionetas con sus
calcetines. Y después de todo esto,
llegamos a la queridísima Puebla con cinco horas de retraso. Y al llegar, como
zombies, uno de los responsables
despierta y nos pregunta “ ¿Dónde estamos?” y así se acaba este loco fin de
semana.
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